Pareciera como si el veganismo y el vegetarianismo fueran la moda de los hípsters hoy en día. Pero antes de que te pongas a decir que no eres lo suficientemente “hípster” para dejar la carne o que su sabor es delicioso y nunca podrías parar de comerla, te invito a que sigas leyendo para que sepas el impacto negativo que tiene sobre el ambiente en el que TODOS vivimos. Y digo TODOS porque es responsabilidad de TODOS cuidarlo, ya que, si no lo hacemos, a TODOS nos va a ir requetemal en el futuro cercano. Lo que pretendo con esta entrada es que te cuestiones tus hábitos alimenticios y sea tu decisión si los cambias o no.
Actualmente existe un gran debate en cuanto a los modos de vida vegano/vegetariano ya que unos argumentan que es imposible obtener todos los nutrientes necesarios, y otros que comer a base de plantas no pararía el daño ambiental. Lo que sí no está a discusión es el impacto negativo que tiene la carne sobre el ambiente. De acuerdo con la FAO, se necesitan 7,000 litros de agua para producir un filete de carne y 2,400 litros para una hamburguesa; por si esto no fuera poco, el ganado (vaquitas, pollitos y ovejitas) contribuyen con el 15% del total de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) los cuales son responsables del calentamiento global.

Un estudio de la Universidad de Oxford realizó una evaluación de qué pasaría en términos de gases de invernadero y en efectos a la salud si todo el mundo se volviera vegetariano o vegano. Los resultados fueron que los GEI podrían reducirse hasta un 70%; mientras que la tasa de mortalidad global reduciría hasta en un 10%.

Los vegetarianos y veganos tienen dos principales razones por las cuales no consumen carne: la más popular es la del maltrato animal. La segunda es la de tener un menor impacto ambiental. Sin embargo, ambas razones, aunque totalmente válidas, no son suficientes cuando se lucha en contra de un negocio. Así es, la comida es un negocio, y es uno de los más rentables. Tanto que empresas transnacionales han invertido grandes cantidades de dinero para producir muchísimos alimentos sin importar la degradación ambiental ni la pérdida de especies. Debido a que países en desarrollo, como México, se han vuelto dependientes de estas empresas para producir, y que además una gran cantidad de la población vulnerable se dedica a esta actividad (5.5 millones de personas), el dejar de comer carne no nos garantizaría disminuir el daño ambiental. Tal vez ya no habría tanto maltrato animal, pero el maltrato y la violación de derechos humanos de los agricultores que ganan muy poco por una actividad muy pesada, seguiría siendo un problema. La alternativa a la agricultura industrial es la agroecología, pero ese tema lo dejaré para otro día.

Fuente: http://liberacionmx.com/nota.php?NotaID=17556
En lo que respecta a mejorar nuestra salud y la del ambiente, reducir nuestro consumo de carne es definitivamente una opción a pesar de que haya más problemas a resolver. Yo misma he adoptado un modo de vida vegetariano, y lo que más he notado es que ahora soy mucho más consiente de lo que como pues además de fijarme constantemente en que mi plato no tenga carne, inconscientemente también me fijo en todos los demás ingredientes que contiene. Este acto de estar al tanto de lo que estamos introduciendo a nuestro cuerpo es muy importante si queremos llevar un modo de vida más sano.
Así que ¿qué opinas?, ¿qué tal que la próxima vez que digas “sin popote por favor” en un restaurante tampoco pides un plato con carne? Toda acción vale. si ser vegetariano te es realmente imposible, ¿por qué no reducir tu consumo de carne? Podrías, por ejemplo, no comer carne entre semana pero sí los fines de semana. Al final, como dije al inicio, es tu decisión; sin embargo, siempre ten presente que esa decisión debe de ser lo más informada posible.