Don Goyo: una historia de creación y destrucción

El Popocatépetl, mejor conocido como “Don Goyo”, es uno de los tres volcanes activos de México. Este se ubica en la zona central del Cinturón Volcánico Transmexicano (una región conformada por más de 2000 estructuras volcánicas), en el extremo sur de la Sierra Nevada que se extiende de norte a sur por más de 80 km al oriente de la Ciudad de México.

Fig. 1 Vista del volcán Popocatépetl 21/12/2019. Tomado de Grupo Plano informativo (2020).

Durante el siglo pasado, el volcán mantuvo un periodo de calma por más de 70 años. Sin embargo, el 21 de diciembre de 1994, el Popocatépetl tuvo una serie de explosiones con emisión de ceniza. El volcán ha continuado activo hasta el día de hoy.

Cuando un volcán entra en actividad produce diferentes fenómenos: formación de domos, emanación de lavas, lahares (flujos de sedimentos y agua que se movilizan desde las laderas de los volcanes), columnas eruptivas y caída de ceniza. La producción y destrucción de domos es algo común en el cráter del Popocatépetl. Un domo se genera cuando la lava que asciende al cráter del volcán es muy viscosa, de manera que se enfría y solidifica, lo que genera un tapón que no permite la salida de gases del volcán. Cuando la presión de los gases en el interior del volcán es muy grande, las rocas que forman el domo se fracturan, provocando la destrucción del domo y la consecuente explosión volcánica.

Fig. 2 Formación del domo de lava que precedió a la erupción del 2001 (30 días antes). Modificado de la original, tomado del portal Difusión Norte.

En los últimos 25 años, Don Goyo ha formado más de 50 domos en su cráter y la destrucción de estos domos ha tenido como consecuencia la caída de ceniza en Puebla, Tlaxcala, el Estado de México y Morelos, principalmente. Dos ejemplos de la actividad reciente del volcán son los ocurridos el 30 de junio de 1997 y el 22 de enero de 2001.

Durante la actividad volcánica de 1997, las columnas eruptivas (mezcla de gases de alta temperatura, rocas y ceniza) alcanzaron los 6 km de altura, lo que causó la caída de ceniza hasta la Ciudad de México. Lo anterior provocó pérdidas económicas de 5 millones de dólares a aerolíneas debido a que se dañaron las turbinas y parabrisas de 17 aviones en vuelo, los sistemas de comunicación se vieron afectados y miles de personas fueron evacuadas de sus viviendas.

En 2001, una explosión generó una columna eruptiva de 13 km de alto y lanzó fragmentos de ceniza que descendieron hasta distancias de 6 km. Alrededor de 41,000 personas fueron desalojadas.

Fig. 3 Imágenes transmitidas durante la erupción del Popocatépetl en el 2000 durante el día y durante la tarde del 18 de diciembre de 2000. Imágenes modificadas de TV-Azteca noticias 2020.

Si bien, las erupciones de 1997 y 2001 fueron un escenario de peligro para la población, se han reportado eventos eruptivos en el volcán aún más catastróficos. Estos eventos fueron asociados a diferentes etapas durante la formación del Popocatépetl. El volcán que ahora vemos al oriente de la Ciudad de México solamente tiene 28 mil años de edad, sin embargo, antes de él, en su lugar existieron otros tres paleovolcanes de los que hoy solo quedan sus restos.

La historia más remota de Don Goyo se ve marcada por ciclos sucesivos de construcción y destrucción parcial de edificios volcánicos antiguos (paleovolcanes). Donde hoy vemos un volcán colosal y en constante actividad, hace más de 66 millones de años era un mar somero como el Mar Caribe. Sin embargo, a lo largo de millones de años, el terreno se elevó y formó relieves montañosos. Durante el Mioceno (23 millones de años atrás) se formaron los primeros volcanes en lo que hoy es la Ciudad de México. Pero no fue hasta hace 538 mil años que nació el primer volcán que precedió al Popocatépetl, el cual recibe el nombre de “Tlamacas”.

De Tlamacas no se sabe mucho, actualmente solo quedan los restos de este antiguo volcán al noreste del Popocatépetl. Se ha sugerido que Tlamacas pudo haber sido destruido por un colapso en uno de sus flancos hace aproximadamente 500 mil años.

Con la destrucción de Tlamacas, un nuevo volcán creció sobre sus restos, el cual se conoce como Nexpayantla. Su erupción estuvo caracterizada por flujos de escombros (fluido concentrado de rocas y ceniza de alta temperatura) y lava. Al igual que Tlamacas, se piensa que la destrucción de Nexpayantla se debió a un colapso en uno de sus flancos hace aproximadamente 183 mil años. Como resultado se formó una caldera en forma de herradura de 4 km de diámetro.

Posteriormente, sobre los restos de Nexpayantla se formó el volcán Ventorrillo. Sus erupciones generaron depósitos de lava de entre 10 y 50 m de altura, así como depósitos de ceniza y escombros. Su actividad duró cerca de 160 mil años, hasta que finalmente el volcán Ventorrillo fue destruido por un colapso catastrófico en uno de sus flancos.

El nacimiento del Popocatépetl ocurrió gracias a la destrucción del Ventorrillo hace aproximadamente 23 mil años. Se piensa que la explosión que destruyó a este paleovolcán sostuvo por varias horas una columna de 33 km de altura conformada por ceniza y gases. La columna colapsó y finalmente generó flujos de ceniza y pómez que alcanzaron distancias de 25 km, así como flujos de lodo caliente y lava que culminó con la erupción. Este evento ha sido uno de los más grandes en la región.

Fig. 4 Esquema que ilustra las diferentes etapas de la erupción del Ventorrillo y que dio lugar al nacimiento del actual Popocatépetl. Modificado de Siebe et al. 2017.

¡La historia no termina aquí! Don Goyo ha tenido diversos eventos eruptivos a lo largo de los últimos 22 mil años los cuales nos demuestran el poder que tiene. Un ejemplo es una erupción ocurrida hace 4950 años caracterizada por diversas explosiones y emanación de ceniza. Solo por poner un ejemplo, durante una explosión, se alzó una columna eruptiva de más de 30 km de altura cuyos depósitos cubrieron un área de 493 km2.

Nuestro querido Don Goyo nos ha demostrado más de una ocasión de lo que es capaz. Los vulcanólogos piensan que una explosión como la que ocurrió hace 23 mil años puede ocurrir otra vez, esto es un riesgo constante para las poblaciones cercanas y las grandes urbes como las ciudades de México y Puebla. Es por esto que el volcán es monitoreado 24 horas y la población debe estar prevenida. Ante cualquier emergencia, recuerda seguir las indicaciones del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Fuentes de información:

  • Cadoux, A., Missenard, Y., Martinez-Serrano, R. G., & Guillou, H. (2011). Trenchward Plio-Quaternary volcanism migration in the Trans-Mexican Volcanic Belt: the case of the Sierra Nevada range. Geological Magazine148(3), 492-506.
  • Espinasa-Pereña, R., & Pozzo, A. L. M. (2006). Morphostratigraphic evolution of Popocatépetl volcano, México.SPECIAL PAPERS-GEOLOGICAL SOCIETY OF AMERICA,402, 115.
  • Martín del Pozzo et al. (2017) Estudios geológicos y actualización del mapa de peligros del volcán Popocatépetl. Instituto de Geofísica, 166 pp
  • Siebe, C., Salinas, S., Arana-Salinas, L., Macías, J. L., Gardner, J., & Bonasia, R. (2017). The~ 23,500 y 14C BP White Pumice Plinian eruption and associated debris avalanche and Tochimilco lava flow of Popocatépetl volcano, México. Journal of Volcanology and Geothermal Research333, 66-95.
  • Sosa-Ceballos, G., Macías, J. L., García-Tenorio, F., Layer, P., Schaaf, P., Solís-Pichardo, G., & Arce, J. L. (2015). El Ventorrillo, a paleostructure of Popocatépetl volcano: insights from geochronology and geochemistry. Bulletin of Volcanology,77(10), 91.
  • Imagen de portada. Gerardo Murillo (Dr. Atl). Vista del Popocatepetl, 1934.