«Y el guerrero tomó a la princesa muerta Iztaccíhuatl en sus brazos. La llevo a las montañas, y se convirtió en volcán. Cogió una antorcha encendida y juró que su amor jamás se apagaría». ¿Romántico? ¡Ven a conocer a este gran guerrero en la columna de la semana!
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