Los Plaguicidas: Armas Silenciosas

Toda la vida nos han dicho que nos comamos nuestras frutas y verduras para que estemos sanos, pero ¡¿sabías que muchas veces estos productos vienen contaminados con sustancias químicas que pueden causar cáncer y muchas otras enfermedades?! A estas sustancias químicas se les conoce como “plaguicidas”, dentro de los cuales podemos encontrar varios tipos, como los herbicidas (mata hierbas), insecticidas (mata insectos), y los fungicidas (mata hongos).

En los cultivos donde predomina la agricultura industrial —en donde se producen grandes cantidades de alimento en grandes cantidades de terreno— los plaguicidas se utilizan para evitar que estos cultivos se llenen de maleza y plagas.

En muchos países, estos plaguicidas han sido prohibidos por los daños a la salud que provocan, como cáncer, malformaciones, afectaciones al sistema nervioso, entre otras. El glifosato, por ejemplo, es un herbicida que es comúnmente utilizado en los cultivos de soya y maíz transgénico. Aunque los efectos a la salud humana de los transgénicos sigue en debate, los plaguicidas que se utilizan para su producción sí atentan contra la salud ambiental pues acaban con la diversidad biológica del ecosistema, así como con la fertilidad del suelo, además de que gracias a los procesos de bioacumulación y biomagnificación y por los ciclos naturales, los plaguicidas pueden llegar a contaminar los ecosistemas marinos.

bioacumulacion

La lucha contra estas armas tóxicas empieza desde hace más de 50 años cuando Rachel Carson publicó el libro de “La Primavera Silenciosa“, en el cual hace una denuncia sobre los plaguicidas y su daños a la salud humana y ambiental. En particular habla del DDT, el cual es un compuesto presente en insecticidas que se acumula fácilmente en la cadena alimenticia, y es muy persistente en agua, suelo o sedimentos. Este escrito desató toda una revolución, la cual llevó a la prohibición de este compuesto a nivel mundial.

También te puede interesar un informe recientemente publicado por investigadores de la UNAM, titulado “Los Plaguicidas Altamente Peligrosos en México“, en el cual relatan casos de estudio y hablan sobre los convenios internacionales que existen para prohibir paulatinamente los plaguicidas, así como los que ya están prohibidos en muchos países pero NO en México.

Sin nombre

¿Cómo se pueden combatir las plagas si no es con estás poderosas invenciones químicas? Pues resulta que desde hace miles de años, los campesinos tradicionales han cultivado de manera que no necesitan estos químicos, ya que ellos cultivan en áreas mucho menores, con una alta diversidad de especies. Esta diversidad produce efectos benéficos para combatir los bichos que las puedan estar atacando, y en caso de que aparezca una plaga, esta es atacada con remedios naturales. A esta forma de producción se le conoce como agroecología, la cual destaca el conocimiento tradicional de comunidades indígenas que han cultivado sus alimentos de manera sustentable con el medio ambiente.

Consumir productos orgánicos nos puede asegurar que en la producción de ese alimento no se utilizó ninguna clase de agroquímico; sin embargo, muchos productos orgánicos siguen siendo parte del modelo de agricultura industrial. Si lo que queremos luchar por una verdadera seguridad alimentaria (la cual se refiere no sólo a abastecer de comida a la población, sino que esta esté libre de sustancias que atenten contra la salud) entonces consumir productos agroecológicos es mucho más saludable tanto para nosotros como para el ambiente.

Si vives en la Ciudad de México, puedes encontrar esta clase de productos en los

siguientes mercados:

Tlalpan: Mercado Alternativo de Tlalpan

Colonia del Valle: Bosque de Agua

Pedregal y Roma: Mercado el 100

¡Sólo busca el más cercano a ti!