El mundo está recaudando millones de dólares para aminorar los impactos de los incendios en Australia, pero todo podría ser en vano si la política no cambia.
Los incendios Australianos que han durado ya varios meses, han llegado a las primeras planas de prácticamente todos los periódicos del mundo. Terribles escenas de marsupiales quemados y cielos rojos oscuros nos han hecho preguntarnos cómo podemos ayudar a un lugar tan distante que enfrenta una amenaza inconmensurable. Y aunque algunas personas atribuyen las escasas lluvias recientes al hashtag #PrayForAustralia, otras abogan por formas más tangibles de ayudar donando dinero. A decir verdad, en estos momentos de crisis la solidaridad surge en las formas con las que estamos más familiarizados.
Aunque nada puede revertir los daños causados por los incendios al ecosistema y a la salud de los australianos, si se entienden las causas se pueden evitar mayores impactos en el futuro. Los incendios son el resultado de temperaturas muy altas combinadas con condiciones secas sin precedentes en todo el país, que tienen un vínculo directo con el cambio climático causado por los humanos. Además de esto, la materia orgánica quemada ya ha liberado a la atmósfera una cantidad significativa de gases de efecto invernadero equivalente a la mitad de la huella de carbono anual de Australia, lo que exacerbará aún más el cambio climático.

Pero esto no toma por sorpresa a los científicos climáticos, ni a ningún político australiano informado. En 2007, se encomendó un estudio independiente para investigar los impactos del cambio climático en la economía australiana, cuya sección de incendios forestales declaró: “Las temporadas de incendios comenzarán antes, terminarán más tarde y serán más intensas. Este efecto aumenta con el tiempo, pero debería ser directamente observable para 2020″. Sin embargo, en palabras del Dr. Garnaut, economista y autor del informe, “fui ineficaz para convencer a los australianos de que era de nuestro interés nacional desempeñar un papel positivo en un esfuerzo global para mitigar los efectos del cambio climático.”

A pesar de los esfuerzos por persuadir al gobierno de Australia, la inacción política podría estar respondiendo a los intereses económicos de las industrias del carbón que tienen una gran influencia en el partido conservador actualmente en el poder. Australia es el tercer mayor exportador de combustibles fósiles después de Rusia y Arabia Saudita. No es de extrañar que el Primer Ministro inicialmente negó los vínculos del cambio climático con los incendios y ha bloqueado sistemáticamente el progreso de las negociaciones internacionales sobre cambio climático. Si bien, enfatiza la importancia de la industria del carbón en la creación de empleos, su gobierno carece del interés de crear una agenda política integrada para abandonar los combustibles fósiles.

Por lo tanto, no se trata de ignorancia científica o restricciones presupuestarias. Los incendios devastadores que hoy en día queman Australia son el mejor ejemplo de cómo la falta de voluntad política puede crear una tormenta perfecta para el desastre y un cuello de botella para la acción. Si bien las oraciones y las donaciones son gestos amables de buenas intenciones para el alivio temporal, es la acción política lo que se necesita con urgencia para evitar amenazas climáticas cada vez más destructivas para la humanidad.
[…] esperar después de cientos de incendios esparcidos por California, Oregon, e incluso de los devastadores incendios de Australia a principios de año? (ahh sí, y el coronavirus). Pero nos equivocamos, desde el lunes 5 de […]