This is an authorized translation of an Eos article por Planeteando. Esta es una traducción al español autorizada de un artículo de Eos por Planeteando
Desde el ecuador hasta el Ártico, es probable que aumenten los incendios forestales y que el cambio climático los empeore, según un nuevo informe de las Naciones Unidas. La acción todavía es posible, dicen los autores.
Meghie Rodrigues | 30 de marzo de 2022
Desde Australia hasta Chile y hasta Grecia y Portugal, los incendios forestales han puesto en alerta a la comunidad internacional en los últimos años. Algunos incendios han alcanzado proporciones sin precedentes, como los incendios que asolaron California en 2021 y quemaron más de un millón de hectáreas.
Un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que estos incendios ocurrirán con mayor frecuencia como resultado del cambio climático antropogénico y otras actividades humanas. Según el informe, los incendios forestales pueden aumentar a nivel mundial en un 14 % para fines de esta década y en un 50 % para 2100 si no se toman medidas preventivas. Incluso los lugares donde generalmente no se espera que ocurran incendios de forma natural, como el Ártico y los bosques tropicales, están en mayor riesgo.
“Los incendios van a ser más grandes, más intensos y más frecuentes”, advirtió la coautora Dolors Armenteras, experta en conservación de la biodiversidad y profesora de la Universidad Nacional de Colombia. Estos incendios, como señaló el coautor y modelador de la superficie terrestre en el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, Douglas Kelley, “van a tener efectos desproporcionados en el Sur Global”.
Mercedes Bustamante, experta en cambio climático y profesora de la Universidad de Brasilia que no participó en el informe del PNUMA, dijo que el documento promueve el discurso sobre los incendios forestales de acuerdo con los últimos informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
El informe más reciente del IPCC, dijo Bustamante, enfatizó el aumento de los megaincendios y atribuyó el cambio en los regímenes de incendios en varias partes del mundo al cambio climático antrópico. El informe del PNUMA es un paso adelante, “ya que indica claramente la necesidad de que los gobiernos se preparen de manera más efectiva y eficiente para esta realidad. Llama la atención sobre las grandes pérdidas que podemos enfrentar sin una adecuada planificación, así como la necesidad de una coordinación multilateral. Los incendios forestales afectan a países y grupos sociales de manera diferente”, dijo Bustamante, quien ha contribuido a informes anteriores del IPCC.
De los polos a los trópicos
“Con menos humedad en el aire debido al cambio climático, el fuego quema más, no solo [los árboles y la maleza que fueron] derribados, sino también los árboles en pie. Así es como conseguimos las catástrofes”.
“En la selva amazónica, por ejemplo, el fuego se utiliza como herramienta de deforestación y es fácil que se salga de control. Con menos humedad en el aire debido al cambio climático, el fuego quema más, no solo [los árboles y la maleza que fueron] derribados, sino también los árboles en pie. Así es como conseguimos las catástrofes”, dijo Armenteras.
“Es un ciclo que se retroalimenta a sí mismo”, continuó. La fragmentación de los bosques deja más vegetación expuesta a los efectos del calor y el viento, y más deforestación significa que hay más biomasa disponible para quemar. “Los parches de bosque más expuestos son más fáciles de derribar y se incendian más fácilmente. Los bosques tropicales son húmedos si están sanos y enteros. Si hay agua, no se queman tan fácilmente. Pero a medida que se fragmentan, se vuelven más secos y más expuestos, y empeora con el cambio climático”, dijo Armenteras.
La vulnerabilidad del Ártico también preocupa a los investigadores. Según el informe, el deshielo del permafrost y el mayor crecimiento de la vegetación debido al calentamiento global están aumentando la disponibilidad de biomasa inflamable en el suelo. La ola de calor siberiana de 2020 que precedió a los incendios en el círculo polar ártico, por ejemplo, “fue el primer evento que se demostró ser casi imposible sin el cambio climático”, dijo el informe del PNUMA, con posibilidades de que tal evento ocurra una vez en 80,000 años sin emisiones de carbono producidas por los humanos.
“El cambio climático está afectando desproporcionadamente al Ártico”, dijo Chantelle Burton, científica senior del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido (Met Office) y coautora del informe. La región, al igual que las selvas tropicales amazónicas e indonesias, señaló, “es motivo de especial preocupación porque hay una gran cantidad de carbono almacenado, que, si se libera, puede contribuir aún más a acelerar el cambio climático”. Además, dijo la coautora Camilla Mathison, experta en adaptación y también científica climática en el Met Office, “la región no está adaptada al fuego”.
La prevención y la mitigación pueden marcar la diferencia
“No podemos cambiar la topografía del mundo, pero las acciones de gestión de la tierra pueden ser muy útiles”.
Más que una alarma, el informe es un llamado a la acción, dijeron los autores. “Si tenemos un enfoque coordinado, podemos manejar este problema”, dijo Mathison. Armenteras estuvo de acuerdo. “No podemos cambiar la topografía del mundo, pero las acciones de gestión de la tierra pueden ser muy útiles”, dijo.
El informe llama la atención sobre las “5 R” de la gestión de emergencias de incendios forestales: revisión y análisis (datos de eventos pasados que pueden ayudar a planificar respuestas futuras), reducción de riesgos (acciones, como la planificación del uso de la tierra, que pueden reducir la probabilidad de incendios forestales), preparación (preparación de las comunidades y los servicios de bomberos), respuesta (acciones para gestionar un incendio forestal cuando ocurre) y recuperación (acciones de recuperación durante y después de un incendio forestal).
El coautor David Saah, profesor y director del Laboratorio de Análisis Geoespacial de la Universidad de San Francisco, dijo que se están llevando a cabo varias acciones en todo el mundo y que podrían servir como ejemplos para iniciativas en otros lugares.
En la región del Mekong, en el sudeste asiático, dijo, los incendios son causados por la limpieza de tierras para la agricultura. “Hay un mecanismo en desarrollo para la financiación puente para pagar a los agricultores por sus cosechas, para ayudarlos a limpiar sus campos con maquinaria pesada en lugar de fuego”.
En California, las autoridades están invirtiendo en estrategias de gestión de combustible, dijo Saah. La Hoja de Ruta hacia un Millón de Acres (Roadmap to a Million Acres), por ejemplo, es un programa conjunto del Servicio Forestal de EE. UU. y del estado de California que tiene como objetivo prevenir y mitigar incendios en al menos un millón de acres (400,000 hectáreas) al año para 2025. “Están hablando de un inversión de 2 a 3 mil millones de dólares por año”, dijo. El financiamiento, agregó, “podría implicar que las empresas compren bonos de carbono e inviertan en las comunidades locales para contrarrestar sus emisiones”.
Estos y otros ejemplos del informe refuerzan la idea de Burton. “Queremos transmitir un mensaje de esperanza: todavía no lo hemos perdido todo”.
—Meghie Rodrigues (@meghier), escritora científica. 30 marzo 2022
This translation was made possible by a partnership with Planeteando. Esta traducción fue posible gracias a una asociación con Planeteando. Traducción por Sandra Desentis Peña (@DesentisSandra) y edición de Eva Alejandra Juárez-Avila (evalejandra_ja)
Foto de portada: Los incendios arden sobre las montañas en la orilla del lago Elsinore, California, en 2018. Crédito: Kevin Key/Flickr, CC BY-NC-SA 2.0