El problema del plástico en el mar

Por Paulina Díaz Martínez

Observa a tu alrededor. Identifica cuántas cosas que utilizamos están hechas de plástico. Cuando compras algún alimento o producto, su envoltura generalmente es plástica. ¡Estamos rodeados de él! Realmente es uno de los inventos más fabulosos del ser humano, un material tan versátil, tan útil, tan resistente. Ahora piensa, ¿qué pasará cuando dejes de necesitar todos esos objetos? ¿a dónde irán las envolturas de esas galletas que tanto disfrutas? Directo a un contenedor de basura, que será recogido y llevado a un basurero. ¡Problema resuelto! Te has desecho de tu basura. Sí, ¿no? Bueno, las cosas no son tan sencillas.

Los humanos producimos muchos desechos plásticos, y lamentablemente no hemos reducido su terrible impacto. La basura marina está compuesta entre el 60% y 80% de ellos, según un estudio realizado en 1997 sobre los desechos marinos, (ahora imagina lo mucho que esta cifra aumentó durante estos años). Propensos a provocar afectaciones en la salud de los ecosistemas, animales y de nosotros. Con el paso del tiempo, el plástico comienza a degradarse en un proceso foto-oxidativo (por la radiación del sol), pero eso no significa que desaparezca por completo, sino que se separa en muchas partes. Se desintegra convirtiéndose en pequeños pedazos de plástico llamados microplásticos. Estos se quedan en el ambiente causando graves estragos.

Recientemente, en una investigación publicada en el Marine Pollution Bulletin en 2015, se ha descubierto que la muerte de muchos animales, principalmente marinos o algunas aves cercanas a las costas, se debe a los desechos plásticos en el mar. Aproximadamente el 92% de los casos de enreda en animales, son causados por plásticos. Además, especies como la tortuga de mar verde (Chelonia mydas), los albatroces (Phoebastria immutabilis) y el león marino de California (Zalophus californianus), se han visto afectados por la ingesta de microplásticos. Cuando la ingesta sucede, sus consecuencias principales son la lesión interna, obstrucción del tracto intestinal y finalmente, la muerte.

¿Te gustan los mariscos?, ¿qué cara pondrías si te dijera que probablemente has comido plástico? Seguramente no es una noticia que te dé mucho gusto, no es algo tan apetecible ¿verdad? Es lamentable, pero es real y está sucediendo. El microplástico y las toxinas que se adhieren a él (por la acción microbiana durante su proceso de degradación), ahora son parte de nuestra cadena alimenticia y de la realidad de los ecosistemas. Un triste y enorme problema.

Disminuir las fatales consecuencias de los microplásticos en los ecosistemas es cuestión de un esfuerzo compartido. Es verdad que las grandes industrias son las principales causantes de estos enormes problemas y que es necesaria la implementación de políticas ambientales. Sin embargo, nuestras acciones contribuyen significativamente. Tal vez no podamos detener la producción masiva de plástico, pero sí podemos reducir nuestro propio consumo y hacer cada vez más visibles estas problemáticas. Un artículo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la UNMdP concluye diciendo que “Cualquier intento de imponer una regulación sin la comprensión y aprobación del público es poco probable que sea eficaz”. No podemos ignorar la dimensión social, somos parte de ella. Reduce tu consumo, infórmate, actúa responsablemente y comparte tus ganas de hacer algo al respecto. ¡Vivimos en un lugar hermoso! Hagamos de él un hogar y no un basurero.

 

Bibliografía:

Rodolfo Elías. (2015). Mar del plástico: una revisión del plástico en el mar. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, Universidad Nacional de Mar del Plata. Rev. Invest. Desarr. Pesq. 27: 83-105. https://www.oceandocs.org/bitstream/handle/1834/10964/RevINIDEP27_83.pdf

 

Imagen de portada Pez sargazo atrapado por una bolsa de plástico. Crédito: Naja Bertolt Jensen (@naja_bertolt_jensen) en Unsplash.