La pandemia reducirá 8% las emisiones de CO2: mucho y nada a la vez

Mucho se ha hablado de los cielos azules y las aguas cristalinas producto de las medidas tomadas contra el COVID-19, pero tras varias semanas, se empiezan a notar a mayor escala los efectos en la naturaleza. Por ejemplo, la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero, la cual se estima que en este año disminuirán 8% respecto de lo emitido en 2019. ¿Hay algo que celebrar? ¿Es mucho o es poco? ¿Qué lecciones nos deja esta pandemia?

Pa’ pronto, no hay nada que celebrar. Como lo hemos explicado antes, alegrarse por los efectos que el coronavirus ha causado en la naturaleza tiene tintes ecofascistas y viene desde una posición de privilegio. Pero el enfoque de esta columna es otro: incluso teniendo en mente lo anterior, ¿qué tanto son 8% de las emisiones?

Depende la vara con la que se mida. Tal reducción es muchísima si la comparas con cualquier reducción histórica. De hecho, es 6 veces más grande que la que se dio en 2009 debido a la crisis financiera. Es incluso dos veces más grande que la suma total de todas las reducciones que han pasado desde la segunda guerra mundial hasta la fecha.

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Figura 1. Cambio anual en las emisiones de gases de efecto invernadero. Se puede ver que las emisiones aumentan casi todos los años a excepción de aquellos en los que hay alguna crisis. Pero jamás había disminuido tanto como lo proyectado para 2020. Fuente: Global Energy Review 2020.

También vale la pena comparar este 8% con las metas propuestas en el Acuerdo de París, que establecen limitar la temperatura media del planeta a 1.5°C respecto al nivel preindustrial. Para lograrlo, se tendrían que reducir 7.6% de las emisiones cada año empezando en 2020 y hasta 2030. En este sentido, la reducción del 8% debido a la pandemia es una ironía muy oscura. Especialmente porque dicha reducción no tendría que venir de esta situación tan desafortunada, la cual está afectando especialmente a las personas más vulnerables.

EmissionsGap
Fig. 2 Para cumplir con los objetivos del acuerdo de París, cada año tendríamos que estar reduciendo 7.6% de las emisiones respecto al año anterior. Fuente: Emissions Gap Report 2019.

Lo anterior me lleva a la última comparación, ¿no les resulta que 8% es un número pequeño en realidad si lo comparas con el tamaño de crisis global que estamos viviendo en cada rincón del planeta? Es decir, en estos momentos la gran mayoría de las personas está confinada en su casa, ha dejado de manejar como antes, ha dejado de volar, ha reducido sus actividades al mínimo y aún así, sólo se reducirán 8% las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esto nos permite revalorar el viejo debate de las acciones individuales contra las acciones colectivas. Se ha demostrado que el cambiar las actividades individuales nos llevará a reducir un bajo porcentaje de las emisiones de gases de efecto inveradero.  Esto se debe en su mayoría a que tan sólo el 20% de las emisiones globales vienen del transporte, mientras que el sector electricidad e industria  generan la mayor parte.

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Fig. 3 Emisiones globales de gases de efecto invernadero por sector. Fuente: IEA Data and Statistics.

Es decir, para reducir emisiones son más importantes la forma en que los gobiernos están planeando infraestructura eléctrica y a qué tipo de industrias están beneficiando las leyes, que cuántos días más dure la cuarentena. Por eso, seguramente has oído hablar que el problema del cambio climático es sistémico. Se tienen que cambiar las políticas que históricamente han beneficiado a los más ricos y contaminantes para empezar a fortalecer a los trabajos verdes y a los sectores más vulnerables.

Algunas acciones específicas son: prohibir que las petroleras hagan más fracking; hacer leyes que fortalezcan trabajos verdes; y crear cooperativas con tus vecinos para consumir, producir y vivir localmente. La idea es que cada año podamos reducir alrededor de 8% de las emisiones, pero que se haga términos totalmente diferentes.