Este jueves 17 de octubre dio inicio la construcción del nuevo aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, abriéndose la interrogante de lo que ocurrirá en el antiguo Lago de Texcoco. Durante el siglo pasado, el ingeniero y ex rector de la UNAM Nabor Carrillo, soñó con un plan maestro para rescatar esta zona y detener la degradación ambiental de la región, y no es para menos, los beneficios ambientales asociados a un lago son cruciales para los habitantes de la Ciudad de México, sobre todo en el actual contexto de la crisis hídrica, ecológica y de cambio climático.
Entre aves y aviones
Llevamos más de 500 años intentando cambiar la naturaleza lacustre de la Cuenca de México, este mal manejo del agua nos ha llevado a la actual crisis ambiental. A pesar de esto, han existido momentos de lucidez sustentable como lo fue el Plan Lago de Texcoco, que fue iniciado en 1971 y buscaba disminuir la degradación ecológica mediante el aprovechamiento racional de los recursos, el desarrollo forestal y el saneamiento ambiental.
Fig. 1. Ciudad de México y el lago de Texcoco por Tomás Filsinger. Tomada de https://bit.ly/2UjVMZ5
Esta iniciativa disminuyó la contaminación atmosférica al controlar la erosión del suelo que produce partículas pequeñas dañinas para la salud, además, contempló la construcción de lagos artificiales que fungieran como vasos reguladores para el control de inundaciones, así como para la recarga de acuíferos. Uno de estos cuerpos es el lago Nabor Carrillo, que cuenta con una superficie de 10 kilómetros cuadrados y alberga a más de 150 mil aves migratorias que dependen de este ecosistema, una muestra de la viabilidad de la recuperación ecológica de esta zona.
Fig. 2 Imagen tomada del portal de noticias Sin Embargo https://bit.ly/31y4UIu
En este sentido, un megaproyecto como el NAICM simboliza un atentado social y ambiental, que habría mandado a la basura más de 40 años de restauración. Con la obra cancelada, el área del antiguo lago de Texcoco representa una oportunidad única de replantear nuestra relación con el ambiente, proteger esta zona e impulsar iniciativas para aprovechar todo su potencial deben ser una prioridad.
Perspectivas a futuro
La gestión integral del ex lago de Texcoco debe considerar la dimensión del cambio climático, ya que los problemas ambientales que buscamos afrontar serán exacerbados por este fenómeno. Además, los cuerpos de agua urbanos son necesarios para capturar carbono, frenar los cambios de uso de suelo y regular la temperatura local, por lo que su conservación es fundamental para afrontar localmente los impactos del calentamiento global.
Texcoco debería ser el parteaguas para aprovechar los remanentes de agua que quedan en la Cuenca de México: el Lago Nabor Carrillo, la laguna de Zumpango, Xochimilco y El Nuevo Lago de Chalco. La restauración ecológica de estas zonas en la periferia de la ciudad crearía una sinergia de servicios ecológicos que beneficiaria la relación socioambiental de la cuenca, por ejemplo, podrían ser una fuente de abastecimiento de agua potable, lo que disminuiría la sobreexplotación de los acuíferos y el hundimiento de la ciudad.
Fig. 3 Proyecto Parque Ecológico de Iñaqui Echeverría https://bit.ly/31y4UIu
La apuesta actualmente es la construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco, un espacio que busca integrar la naturaleza, la cultura y la infraestructura. Este proyecto planteado en 2010 por el arquitecto Iñaqui Echeverría, sería el parque urbano más grande del mundo, el cual contempla la restauración de cuerpos de agua, así como la generación de lugares de esparcimiento cultural, educativo y social, como la construcción de un museo sobre el Lago Nabor Carrillo.
Fig. 5 Proyecto Parque Ecológico de Iñaqui Echeverría https://bit.ly/31y4UIu