El agua que llega a tu hogar podría estar amenazada por el cambio climático

Hoy, la demanda de agua potable es más alta que la cantidad disponible. Los efectos del cambio climático empeorarían la escasez de este recurso indispensable para la vida.

Por Diana Isabel Cantillo

¿Alguna vez has escuchado sobre la relación que hay entre el cambio climático y la escasez de agua en la Ciudad de México? Actualmente, las cuencas que abastecen de agua a la Ciudad se encuentran en un importante estrés hídrico que incrementa por una mala gestión, por el crecimiento poblacional, así como su concentración en zonas urbanas. El cambio climático podría ocasionar que el estrés hídrico se agrave aún más, por esta razón tus acciones y las de nuestros gobiernos son muy importantes para cuidar de este importante recurso.

El cambio climático causa un aumento en la temperatura, calentando así la superficie terrestre y los océanos. Uno de los efectos más alarmantes de este fenómeno son los que impactan al agua potable y nuestro acceso a este recurso. Gracias al aumento en la temperatura se espera que el derretimiento de glaciares incremente, que la precipitación de agua de lluvia pueda disminuir en un 15% y que se intensifiquen las lluvias.

Sin tomar en cuenta los efectos del cambio climático, se espera que para el 2030 varias cuencas hidrológicas importantes que abastecen zonas urbanas presenten una disponibilidad extremadamente baja de agua sólo por efecto de la concentración y aumento de la población en estas regiones. Por ejemplo, la cuenca del centro de nuestro país ya presentaba estas condiciones de disponibilidad desde el 2005

Las investigaciones en cambio climático nos indican que la poca precipitación y el derretimiento de glaciares podrían provocar una disminución en la cantidad de agua que se filtra a los acuíferos.  Esto sumaría al estrés hídrico que ya existe y empeoraría el acceso que tenemos a este recurso tan importante.

¿Y cómo se ocupa el agua en nuestra ciudad?

En la ciudad, casi el 70% del agua se utiliza para fines agrícolas, el 22% lo utiliza la industria y el 8% sobrante se destina para el uso doméstico. Sin embargo, no toda la población tiene acceso al suministro de esta agua, debido a que grandes industrias controlan y extraen el recurso.

El 70% del agua que se utiliza proviene de acuíferos subterráneos, que en este momento están siendo sobreexplotados. Estos acuíferos se recargan a una tasa de 9,900 litros de agua por segundo mientras que se extraen 15,900 litros en el mismo tiempo, produciendo una carencia de 6,000 litros cada segundo.
El otro 30% del agua proviene de ríos y lagos, como el río Lerma y el Cutzamala. Esta agua tiene que viajar cerca de 150 km lo que significa un riesgo ya que se desperdicia el 40% en fugas.

Estos datos dan un ejemplo de la manera en que se gestiona el agua en la ciudad es insuficiente para abastecer a todas las personas que lo necesitan. Necesitamos algo más que ampliación y modernización de la infraestructura dedicada a la explotación de nuestros acuíferos que se deterioran cada vez más. El cambio climático representa un reto que requiere soluciones sostenibles, reales desde la participación del sector social, público y privado. Empezando con la implementación de políticas públicas enfocadas a la buena y equitativa gestión del agua, mediante el aprovechamiento del agua de lluvia, el reuso del agua tratada, la reparación de la infraestructura para evitar fugas, etcétera.

Desde nuestros hogares podemos adoptar prácticas responsables que van desde colectar el agua de la regadera mientras nos bañamos, hasta captar y aprovechar el agua de lluvia. También podemos participar en la toma de decisiones y exigir buenas políticas públicas que mejoren nuestra convivencia con el recurso más importante para la vida en este planeta. 

¿Y tú qué haces para cuidar el agua, crees que tus representantes se preocupan por llevar a cabo acciones que concienticen a la población y que al mismo tiempo se promuevan nuevas prácticas sustentables? 

Este texto fue creado como parte de la Escuela Planeteando de Otoño 2021: comunicación de medio ambiente y sociedad.

Foto de portada por João Paulo Carnevalli de Oliveira en Unsplash