Castillos en el aire y… ¿Bosques en el océano?

“Solo puedo comparar estos grandes bosques acuáticos. . . con los terrestres en las regiones intertropicales. Sin embargo, si en cualquier país se destruyera un bosque, no creo que perecieran tantas especies de animales como aquí, por la destrucción de las algas marinas. Entre las hojas de esta planta viven numerosas especies de peces, que en ningún otro lugar podrían encontrar alimento o refugio; con su destrucción, los muchos cormoranes y otras aves pesqueras, las nutrias, las focas y las marsopas, también perecerían pronto; y por último, los fueguinos. . . haría** . . . disminuir en número y tal vez dejar de existir. “
Charles Darwin, 1 de junio de 1834, Tierra del Fuego, Chile
(Darwin 1909, págs. 256-257).

Hemos oído grandes historias de castillos vagando en el cielo y bosques submarinos, y aunque los primeros aún no los hemos encontrado, los segundos sí que son reales. En el siglo XIX Darwin observó grandes comunidades de algas enormes que denominó bosques de algas gigantes o bosques de kelp. Los llamó así porque los encontró análogos a los bosques que podemos ver en el medio terrestre, pues en estos bosques submarinos coexisten una multitud de especies dentro de un área específica. Pero esta no es la única analogía, pues su importancia ecológica es también bastante similar a la de los árboles forestales, y por ello son de los ecosistemas más productivos y dinámicos del planeta.

Las algas marinas son aquellos organismos habitantes del medio acuático capaces de realizar actividad fotosintética.  Estas se pueden definir en tres grupos morfológicos de acuerdo con la altura del dosel que puedan formar las frondas. Las algas marinas de tipo “canopy” son aquellas más grandes capaces de formar doseles flotantes y su principal representante es el alga gigante Macrocystis spp. que puede llegar a crecer hasta 45 m de largo. El segundo grupo es “stipitate”, con especies generalmente menores a los 5m de altura . Y el tercer grupo morfológico es “postrate” y las especies que forman parte de él son las más pequeñas, capaces de cubrir solo la zona del bentos. Debido a que la mayor parte de la biomasa que puede ser encontrada en este tipo de comunidades pertenece al alga gigante, siendo también la que más destaca visualmente, a este tipo de comunidades se le denomina como bosques de algas gigantes o bosques de kelp.


La distribución de los bosques submarinos está limitada principalmente por la salinidad, la temperatura y la disponibilidad de luz y nutrientes. Se desarrollan sobre sustratos rocosos a poca profundidad (alrededor de 5 y 20 m) y en una banda latitudinal media aproximadamente de entre los 40-60°, donde hay temperaturas por debajo de los 20°C y donde las condiciones oceanográficas y de luz permiten su desarrollo y establecimiento. Pueden llegar a crecer en regiones árticas y subantárticas (>60 ° de latitud) pero su abundancia y diversidad son bajas. Por otro lado, temperaturas cálidas y las bajas concentraciones de nutrientes impiden que estos ecosistemas puedan desarrollarse en regiones tropicales y subtropicales (<40° de latitud), aunque anomalías impulsadas por las corrientes oceánicas permiten que algunos bosques de kelp prosperen en estas latitudes bajas. Claro ejemplo son aquellos bosques ubicados entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, pero estos solo se encuentran a lo largo de las costas occidentales del sur de California hasta México, del norte de Chile hasta Perú y en el oeste de Sudáfrica y Australia, en donde las corrientes oceánicas frías que se mueven hacia el Ecuador transportan agua fría y rica en nutrientes.

Algas gigantes. Crédito NOAA

Dentro de las diversas funciones ecosistémicas de los bosques de macroalgas se encuentra su capacidad de modificar el movimiento del agua (reduciendo las corrientes y la turbulencia), además de la creación de un hábitat biogénico para el sustento de muchas especies entre las cuales se encuentran aquellas de interés pesquero. Sin embargo, actualmente los bosques de kelp han sufrido algunos de los cambios más grandes de los que se tenga registro, esto debido a los cambios de temperatura y de nutrientes, al movimiento severo del agua debido a tormentas y a la alteración de los niveles de luz debido a la pérdida de especies que habitan en el dosel. Ya decía Darwin desde hace muchos años que la destrucción de un bosque de algas marinas traería la pérdida de incontables especies, ahora podemos ver que todos estos cambios han provocado grandes afectaciones al sistema de servicios ecosistémicos que proveen los bosques de kelp y así al sistema del que somos parte. 

 Por: Olga Vázquez Marin

 

Referencias   
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ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/unam/detail.action?docID=1882100.
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-Torres-Moye, G., Edwards,Matthew S.,  Montaño-Moctezuma, C. G. 2013. Benthic community structure in kelp forests from the Southern California Bight. Ciencias Marinas, 39(3),239-252. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=480/48028289001
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