por Jessica Berenice Thomae Rojas | 2 marzo 2021
Las películas infantiles nos han dado la idea de que los animales no deben estar en cautiverio y de que confinarlos a un espacio limitado los hace infelices. En “Buscando a Nemo”, los peces en el consultorio del Dr. Philip Sherman buscan la manera de escapar del acuario para ir al océano; en “Madagascar”, Marty lo que más desea en el mundo es ser libre y correr en los grandes pastizales de África; en “Liberen a Wily”, Jesse y sus amigos liberan del acuario a Willy, la orca, para salvarla y que se reúna con su familia. Muchos dueños de mascotas, al pensar que les están causando dolor y sufrimiento a sus queridos animales, liberan a sus aves o llevan a sus peces y tortugas a mares o ríos. Pero… ¿qué le sucede a una mascota después de liberarla?
En su hábitat natural, las especies actúan en equilibrio ecológico. Cada una es presa o depredadora de otra y todas necesitan cubrir sus necesidades de refugio, alimentación y reproducción. Entre ellas crean medidas de control que limitan el tamaño de las poblaciones, las presas favorecerán el crecimiento de la población de depredadores y los depredadores disminuirán la población de presas. Esta relación presa-depredador, produce un comportamiento ondulatorio. Pensemos que tenemos una población de zorros y una población de conejos: mientras más conejos hay, más comida hay para los zorros y su población puede crecer; conforme los zorros se zampan a estas criaturitas orejonas, habrá menos de ellas, o lo que es lo mismo, habrá menos comida; menos comida significa que menos zorros pueden satisfacer su necesidad de alimentación y la cantidad de depredadores disminuye; menos zorros significa que menos conejos serán comidos, lo que permite que la población de conejos crezca. Esto ocurre solo entre dos especies, pero ahora imagínate que en lugar de sólo dos líneas onduladas (zorros y conejos) tenemos muchas otras más que interaccionan entre sí, formando redes complejas en los ecosistemas. Cuando liberamos a nuestras mascotas, introducimos especies no originarias en sitios extraños para ellas y en los cuales buscarán cubrir todas sus necesidades. A diferencia de las especies nativas u originarias del lugar, no tendrán depredadores y su crecimiento poblacional puede tornarse descontrolado, jalando uno de los hilos ondulados del tejido. Cuando jalamos una de los hilos de la red, es como si jaláramos una hebra de un suéter descocido; al principio parece insignificante, pero al final terminaríamos deshaciendo el suéter por completo.

Las especies introducidas se encuentran entre los impactos más importantes, menos controlados y menos reversibles en los ecosistemas. Cuando una de ellas amenaza a la fauna nativa, se convierte en especie invasora y pueden llegar a extinguirla. Esta es la segunda causa de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Encima de todo, no solo degradan los ecosistemas, sino que también causan problemas de salud pública y su impacto socioeconómico es enorme: dañan la agricultura, la silvicultura, la pesca y el turismo; generan pérdidas de millones de dólares.
En la región central de México, se han registrado 25 especies invasoras de peces dulceacuícolas; 9 fueron en un principio mascotas o peces de ornato, como el pez guppy (Poecila reticulata), el cola de espada (Xiphophorus hellerii) y el cíclido convicto (Amatitlania nigrofasciata); tan solo dos, conocidas comúnmente como plecos o pez diablo (Pterygoplichthys disjunctivus y Pterygoplichthys pardalis) y usadas como limpiapeceras en los acuarios caseros, han causado pérdidas de diez millones de dólares al afectar la pesca de tilapias. Seis especies nativas ya se han extinto: el charal de la caldera (Chirostoma bartoni), el charal tarasco (Chirostoma charari), la carpa xochimilca, (Evarra bustamantei), la carpa verde (Evarra eigenmanni), la carpa de Tláhuac (Evarra tlahuacensis) y el tiro dorado (Skiffia francesae), esta última sobrevive solo en cautiverio.
Al comprar o adoptar una mascota, adquirimos el compromiso de cuidarla durante el resto de su vida. Antes de comprar o adoptar un animalito, infórmate sobre todos sus requerimientos y cuidados; si ya tienes uno en casa y crees que no eres capaz de darle todo lo que necesita no lo liberes. Nunca sabes en lo que pueda convertirse. Conchita, tu bonita y tierna tortuga, allá afuera puede ser la peor pesadilla de toda una especie de pequeños pececillos. Es una apuesta riesgosa cuyo precio no vale la pena pagar. En serio, en lugar de liberarla, dala en adopción entre tus conocidos, acude a la tienda dónde lo compraste, refugios o con asociaciones registradas como UMAS. Una buena opción para reptiles es el herpetario de la Facultad de ciencias de la UNAM, donde le darán toda la atención y cuidados que requiere. Un animal no necesita cientos de hectáreas de pastizales en África o los miles de litros de agua del océano para ser feliz, sólo necesita que le satisfagas sus necesidades básicas para darle lo que se merece; una buena vida.
Para saber más... CONABIO. 2018. Sistema de información sobre especies invasoras en México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Disponible en http://www.biodiversidad.gob.mx/especies/Invasoras/invasoras.html CONABIO. 2017. Evaluación rápida de invasividad de Hypostomus plecostomus. Sistema de información sobre especies invasoras en México. México, DF. C Contreras-MacBeath T., Gaspar-Dillanes M., Huidobro-Campos L. y Mejía-Mojica H., 2014. Peces invasores en el centro de México, en R. Mendoza y P. Koleff (coords.), Especies acuáticas invasoras en México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México, pp. 413-424 Guruprasad S., Ricardo-Gómez A., 2014. Modelos dinámicos de poblaciones simples y de sistemas depredador-presa, Miscelánea Matemática, 58 pp. 77-110 Piña E., 2016. Herpetario de la Facultad de Ciencias UNAM, cambiando la imagen de los reptiles, cienciamx. Disponible en http://www.cienciamx.com/index.php/ciencia/mundo-vivo/5410-nota-herpetario-de-la-facultad-de-ciencias SEMARNAT. 2011. Biodiversidad. Conocer para conservar. Serie ¿y el medio ambiente? México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Imagen de portada por Gilbert Fortune disponible en https://gilbertfortune.com/#