Ser científico: la realidad no es como la pintan

Parte I ¿Qué hay detrás de ser científico en México? 

Irónicamente, la reciente pandemia ha puesto en tela de juicio el papel de la ciencia en la sociedad. Desde mi punto de vista, uno de los principales problemas del por qué la ciencia a veces parece tan alejada de los problemas de la sociedad es debido a la falta de información. Por un lado, las personas carecen de información respecto al quehacer científico y acceso a los resultados de tales investigaciones. Aunado a esto, mucha de la información que circula en redes sociales y/o en medios de comunicación está malinterpretada y/o manipulada (e.g. Noticiero TV Azteca)

En la siguiente serie de posts trataré de transmitir cómo se trabaja en el área de la ciencia, las dificultades que atravesamos como estudiantes, las oportunidades de estudiar en el extranjero, nuestros miedos y otras tantas cosas. Al final, como en cualquier otra profesión, todos tenemos frustraciones, miedos, no somos más inteligentes y créeme hemos fracasado muchas de veces. Pues bien, vamos por pasos.

De acuerdo al INEGI, en 2017, un gran sector de la población consideraba que ser científico es una profesión respetable, que la investigación científica y tecnológica contribuye al desarrollo del país y que el gobierno debería invertir más en ella. Sin embargo, se desconocen las aplicaciones, el modo de trabajar y la interpretación de la información. Por ejemplo, algunos datos sugieren que se confía más en la fe que en la ciencia, que hay tratamientos más adecuados para enfermedades aun cuando no están reconocidos por la ciencia (por ejemplo, las “limpias” que son rituales que ayudan a purificar tu espíritu) y que los antibióticos sirven tanto para enfermedades causadas por virus como por bacterias. Por otro lado, hay una opinión bastante dividida acerca de que algunas personas poseen poderes psíquicos, que la Tierra ha sido visitada por seres extraterrestres o que los primeros humanos vivieron en la misma época que los dinosaurios.

¿Qué podemos concluir? La población en México realmente confía en que la ciencia es funcional. Sin embargo, la falta de acceso a resultados científicos, la errónea interpretación de los mismos, la falta de eventos de divulgación, la sobre manipulación de información científica por medios de comunicación, la falta de hábitos de lectura, y la falta de criterio para discernir información, entre otras miles de cosas, hacen que la ciencia en México se idealice y confié en ella sin un criterio sólido. 

La realidad de la ciencia en México

Para que te des una idea de cómo están las cosas, aquí van unos datos. De acuerdo a la UNESCO, en México existen 251 personas involucradas en el área de la investigación y desarrollo por cada millón de habitantes. A grandes rasgos, esto significaría una comunidad activa de aprox. 30,000 en todo el país. Parece un número grande, ¿no? Sin embargo, si lo ponemos en perspectiva no es tan alentador. De acuerdo con algunas cifras1, en México existen alrededor de 325,000 futbolistas profesionales, lo cual significaría casi 11 veces más que el número de científicos. Por otro lado, en Francia hay alrededor nueve veces más científicos (aprox. 284,000) aun cuando su población total es casi la mitad de la que existe en México. Si bien las condiciones socioeconómicas entre países desarrollados vs países en vías de desarrollo no es equiparable y por ende es bastante tendencioso; aunque México es considerado como la segunda economía con mayor proyección en América Latina2, tiene prácticamente la misma cantidad de científicos, por millón de habitantes que Venezuela. ¿Qué nos dice todo esto? La ciencia y desarrollo tecnológico no es una prioridad en México.  

En México muy pocas personas hacen ciencia

Pero ¿por qué? ¿Realmente es difícil? ¿Sólo un sector afortunado tiene acceso a estas oportunidades? ¿Por qué viajan tanto? ¿Por qué es más común que haya noticias respecto a nuevos descubrimientos en países más desarrollados?

¿Realmente vivimos de recurso públicos?

No. Como cualquier otra profesión, percibimos un sueldo por nuestro trabajo. Por ejemplo, en el caso de estudiantes de posgrado,  recibir una beca no significa que tengas el lujo de seguir tomando clases,  aprobar tus materias y/o viajar. Al contrario. Tenemos la obligación de entregar resultados fehacientes y de calidad que continuamente se están evaluando. Más adelante hablaremos de eso.

Primero lo primero. En México se destina alrededor del 0.5 % del PIB en investigación y desarrollo, mientras que en otros países puede alcanzar valores de hasta 4.2 % (Israel)3. Por ejemplo, en 2017 CONACyT otorgó alrededor de 65,000 becas para estudiantes de posgrado y/o que realizaron especialidades tanto nacionales como en el extranjero4. Esto podría parecer mucho pero en realidad solo equivale al 27% de todos los estudiantes de posgrado de ese año5. ¿Qué significa esto? ¿qué pasa con el resto de estudiantes que no tienen beca del gobierno mexicano? Una parte no puede continuar con sus estudios, otros son beneficiados por becas de sectores privados y/o centros de investigación extranjeros, otros tienen que vender alguna de sus posesiones para financiar sus estudios, otros tantos deben trabajar y estudiar, y otros pocos tienen la oportunidad de recibir apoyo financiero de sus familias. Notablemente, la falta de programas de excelencia, laboratorios equipados, financiamiento para proyectos de investigación y becas hacen que México sea uno de los principales países del mundo en la fuga de talentos. Algunos reportes sugieren que hay mucho más científicos, técnicos y personal altamente calificado mexicano en el extranjero que en mismo México6.

México es uno de los principales países del mundo en la fuga de talentos

¿Cómo trabaja un científico?

Seguramente has escuchado algo relacionado al método científico o algo por el estilo, y en principio, es lo que normalmente hacemos en el laboratorio. Sin embargo, hay muchas otras cosas que los científicos deben hacer antes de realizar sus experimentos.

Además de dar clases, seminarios, corregir tesis, escribir artículos, dar conferencias y muchas otras cosas, todos los científicos del mundo deben conseguir recursos para poder realizar sus experimentos, ¿cómo funciona esto? 

El primer gran paso es establecer un grupo de trabajo. Los científicos rara vez trabajamos solos. Por lo tanto, para realizar una investigación de calidad, es necesario compartir el conocimiento e ideas con otros profesionales de diversas áreas con el fin de que la investigación tenga más alcance. Una vez teniendo un grupo de trabajo y un área de conocimiento definida, el siguiente paso es equipar el laboratorio. Para lograr esto, los grupos de investigación deben proponer un proyecto de investigación y desarrollo a algún organismo que provea recursos económico (por ejemplo, CONACyT). En este tipo de proyectos se debe enfatizar el objetivo, justificar el apoyo económico, formación de recursos humanos, entre muchas otras cosas. Debido a que los equipos de laboratorio tienen precios de miles o millones de dólares, muchos grupos de investigación colaboran con otros grupos para juntar recursos y, eventualmente comprar equipos actualizados ¿parece fácil no? No realmente, hay muchas piedras en el camino. 

Debido a que no hay suficiente dinero para financiar todo los proyectos, muchos de ellos no llegan a realizarse. Por lo tanto, es necesario participar en muchas convocatorias para que, a lo largo de los años, sea posible disponer de los equipos para realizar investigación. Como podrás imaginar, en México es muy difícil tener miles de dólares para comprar equipos cada año ¿cuál es la realidad? Muchos de los equipos y técnicas que utilizamos en el país cada vez se vuelven más obsoletas y es difícil competir con países con mejores recursos y que están trabajando con tecnología de punta. Por otro lado, la disponibilidad de equipos es muy restringida. Por ejemplo, mientras que en otras universidades del mundo llegan a tener más de dos equipos actualizados por cada laboratorio, en México normalmente solo encontramos uno y debe ser utilizado por todo un Instituto (incluso en la UNAM). Esto implica que la investigación es mucho más lenta y a pesar de que tengamos muy buenas ideas, realizar investigación de calidad nos lleva mucho más tiempo que a nuestros colegas en otros países.

Y ahora, manos a la obra. A grandes rasgos, la siguiente parte abarca nuestro modus vivendi o en otras palabras ¿cómo desquitamos el sueldo?

La realidad no es como la pintan

Una vez teniendo equipo para trabajar, hay que pensar. Por lo tanto, estar informado es fundamental. Debemos de leer cientos de artículos científicos (prácticamente todos en inglés) pasados y actualizados para entender ¿cuál es la punta de la lanza en nuestra área de estudio? ¿cómo se está estudiando algún tema en específico? ¿que falta por hacer? y ¿cómo hacerlo?

Una vez teniendo claro lo que se quiere hacer (la realidad es que muchas veces el objetivo se va modificando durante el trayecto de la investigación), es necesario diseñar una metodología para cumplir ciertos objetivos.

Realizar los experimentos. El pan de cada día es aprender de los errores, aprender y mejorar técnicas, interpretar resultados, leer para entender qué estás obteniendo, escribir y discutir resultados así como planear nuevos experimentos para complementar tu investigación (esto puede tardar meses).

¿Qué hacemos con nuestros resultados? Una vez escribiendo, comprendiendo, discutiendo y comparando con la literatura y concluyendo el alcance de los mismos, es necesario compartirlos, ¿cómo lo hacemos? Escribiendo artículos científicos. 

Básicamente, un artículo científico es un reporte de tu investigación donde debes de justificar: ¿Por qué hiciste lo que hiciste? ¿por qué elegiste esas técnicas? ¿qué resultados innovadores obtuviste? ¿para qué sirven y cómo influyen en el conocimiento? (todo esto debe estar en inglés). 

Una vez escrito este reporte, debes decidir dónde quieres, o mejor dicho, donde puedes publicar esos resultados. En el ámbito académico hay muchos lugares donde es posible publicar estos resultados; sin embargo, no es nada fácil.

Publicar, ¿nuestro némesis? 

Las revistas científicas, donde publicamos nuestros resultados, son algo así como el último paso para completar una vuelta a la pista, ¿qué quiere decir esto? 

Como sabes, alguien debe validar que efectivamente cruzaste la meta. En nuestro caso, ese réferi es algo equivalente a la revista en la que queremos publicar. Por lo tanto, debe tener cierto conocimiento sobre cuáles son las reglas de juego. Esto es, una vez elegida una revista para compartir tus resultados, los editores (también son científicos y de los reconocidos mundialmente) evalúan si tu investigación es suficientemente buena para publicar en esa revista (algunas revistas cobran mucho dinero por publicar tus resultados. No obstante, hay otras más económicas y/o libres de costo). 

Una vez que te aceptan tu artículo no significa que se vaya a publicar o que haya estado totalmente bien. De hecho, esto solo es el comienzo. Ya que tus resultados deben ser evaluados, otros científicos alrededor del mundo leen critican, corrigen, proponen nuevos experimentos y te hacen sugerencias y comentarios para que mejores tus resultados y conclusiones acerca de los mismos. Como podrás imaginar, esto puede llegar a ser frustrante ya que muchas veces es necesario repetir experimentos, mejorar algunas técnicas, leer mucho más y justificar de mejor manera. En el mejor de los escenarios, aceptan tu artículo y te dan un tiempo para realizar todas esas correcciones y mejoras. En el peor, lo rechazan y debes volver a considerar otra revista.

Si te lo aceptaron y ya hiciste todas las mejoras que te sugirieron, nuevamente lo envías a que lo evalúen. Si piensas que ya está listo, estás muy equivocado. La realidad es que este continuo ir y venir de información puede durar mucho tiempo, hasta que ambas partes coinciden en que la calidad de la información es suficiente para publicarse al mundo. Un buen día, todo ese esfuerzo tiene su recompensa y tu artículo es publicado ¡voilà!  

Aquí hay otro punto que hay que tomar en cuenta. Que tu artículo sea publicado, no necesariamente significa que cruzaste la meta en primer lugar. Como en todo, aunque puede ser un tanto subjetivo ¡papelito habla! Hoy en día, debido a la gran competencia en todas las áreas de la ciencia, es necesario hacer más y mejor investigación, lo cual se traduce en publicar muchos artículos en las mejores revistas del mundo. Como podrás imaginar y por lo que te he comentado, publicar rápido y en las mejores revistas del mundo no es algo precisamente sencillo para la ciencia en México, aunque no es imposible.

Por ejemplo, desde mi punto de vista, una buena opción es realizar estancias de investigación ¿En qué consiste esto? Una vez conociendo el trabajo que se está haciendo en diversos grupos alrededor del mundo, es posible hacer colaboraciones. Esto se logra proponiendo proyectos innovadores para la Universidad a la que perteneces y a la que quieres ir a trabajar, y por ende, ambas son beneficiadas (para más detalles, chécate la segunda parte de este post). Nota importante: Para realizar estas estancias, nuevamente, hay que ser beneficiado con algún apoyo económico (todo lo que te comenté de las becas y esas cosas).

Una vez logrado este objetivo, la realidad es que solo le diste una vuelta a la pista. Este trabajo lo tenemos que hacer la mayor cantidad de veces al año para “justificar” nuestro salario. Entonces, ¿es tan simple decir que “vivimos de recursos públicos”?

Publicar rápido y en las mejores revistas del mundo no es algo precisamente sencillo para la ciencia en México

Ya entendí, pero… ¿cómo me acerco a la ciencia?

Uno de los grandes problemas de la ciencia es que esta continua generación de conocimiento no es de fácil acceso a la población mundial. Aunado a esto, muchos medios de comunicación sobreentienden los resultados y mal informan. Esto tiene que ver con muchos factores. La realidad es que nosotros tampoco tenemos “libre acceso” a esos recursos. Las revistas que te comenté pertenecen a editoriales que cobran mucho dinero (miles de dólares) por tener acceso a sus artículos. En consecuencia, las universidades del mundo deben destinar grandes sumas de dinero para poder pagar esas membresías y poder acceder a ellos. Como podrás imaginar también, no todas las universidades pueden pagar tales membresías y por ende, hay veces que no podemos leer todos los artículos que necesitamos. De esta manera, la única opción inmediata  que tiene el resto de la población es acercarse a la divulgación para poder entender qué está pasando en la ciencia a nivel mundial.

Recomendación: hay que ser más cauteloso en la interpretación de información a la que podemos tener acceso. Siempre es bueno corroborar las fuentes y ser objetivo en nuestras opiniones.

Afortunadamente, existen muchos colegas que no solo destinan su tiempo a la investigación o desarrollo tecnológico sino que también lo invierten en divulgación, la cual, a mi parecer, debe ser una obligación de todos los que trabajamos en este sector.

Recuerda, ser científico no es sólo recibir dinero, meterte al laboratorio y saber mucho.

Ah se me olvidaba, ¿por qué viajamos “tanto”? Para presentar, discutir y mejorar nuestra investigación así como establecer relaciones de trabajo y poder ser más competitivos. Nota muy importante: Para poder viajar, los estudiantes debemos solicitar y ser seleccionados por alguna beca (otra vez, un comité evalúa tu trabajo). Obviamente, viajar no es el objetivo principal de nuestro trabajo (eso depende mucho del área en la que estés trabajando. Como te expliqué antes, no todos pueden hacerlo y es una constante búsqueda de oportunidades. Por ejemplo, no le podemos decir lo mismo a un colega ecólogo que a un biólogo marino). No obstante, aprovechar nuevas tecnologías puede ser otra opción para realizar congresos y evitar el uso continuo transporte aéreo, que como sabemos, es uno de los más contaminantes.

 

Conclusión: Confía en la ciencia pero sobre todo, infórmate.

Foto de la portada por Bill Oxford tomada de Unsplash
Imágenes del artículo provienen de Phdcomics.com