¿Llegó la hora de exigir más áreas verdes en las ciudades?

Quienes vivimos en una ciudad seguramente estamos acostumbrados a que los manchones verdes y con vida de un día a otro se conviertan en edificios o centros comerciales, que ya están sobrados. Pero ¿te has preguntado si en las ciudades tenemos árboles, parques o jardines suficientes? Porque de hecho no, no los tenemos.

“La calidad de vida de los habitantes de las zonas
urbanas depende en gran medida de las áreas
verdes que se conservan en las ciudades”

Tal pregunta, aunque podría parecer intrascendente, ha tomado gran relevancia desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la calidad de vida de los habitantes de las zonas urbanas depende en gran medida de las áreas verdes que se conservan en las ciudades.

Y es que por el simple hecho de existir, los parques y bosques urbanos mejoran nuestras vidas con cosas tan sencillas como darnos un espacio para hacer un picnic, o ayudarnos a reducir el estrés y la depresión. Pero también hacen cosas súper complejas como capturar contaminantes y limpiar el aire que respiramos – que al menos en la Ciudad de México no suele ser de la mejor calidad – regular la temperatura y ser el hogar de flora y fauna urbana.

Por eso, la OMS recomienda que en las ciudades existan mínimo 9 m2 de áreas verdes por persona (lo ideal son 16) que cumplan con todas estas funciones que mejoran las vidas de los que habitamos las ciudades. El problema es que en grandes metrópolis, como la Ciudad de México – en donde solo se tienen 5.4 m2 de áreas verdes por habitanteno se llega ni al mínimo de la recomendación, debido a su crecimiento acelerado y la falta de planeación territorial.

Además, si sumamos que para este cálculo se considera como área verde a cualquier superficie cubierta de vegetación natural o inducida, tenemos que los parques y bosques urbanos no son los únicos contemplados, sino también espacios inaccesibles como terrenos baldíos, glorietas, campos de golf, nuestros famosos y poco funcionales muros verdes y ¡hasta los panteones!

Esto demuestra que a pesar de que muchos espacios se consideran como áreas verdes, no tienen las condiciones para brindarnos los aclamados beneficios que anuncia la OMS y mucho menos para ser el hogar de plantitas y animalitos urbanos. Tal vez si hiciéramos el cálculo con las áreas verdes urbanas que realmente pueden mejorar nuestra calidad de vida ¡el resultado sería aún más bajo! Sin embargo, si abrimos los ojos, descubriremos que es posible tener parques verdes, frondosos y llenos de vida, que logren mejorar la calidad de vida y no solo de nosotros los humanos.

Hogar de los otros ciudadanos

Es cosa de ver el otro lado de la moneda. Los ecosistemas urbanos también son importantes para los ciudadanos menos populares que los humanos y con los que coexistimos día a día: las plantas y animales.

Los parques no son lo que pensamos. Antes de que se decidiera comenzar a construir edificios sin control y pavimentar todo, existían bosques que finalmente quedaron reducidos a pequeños parques rodeados de concreto. Un lugar bastante hostil para vivir si no eres humano, por lo que ¡la biodiversidad está en un gran riesgo!

Central Park, Nueva York.
Créditos: Unsplash/ Barron Roth

Es una realidad triste, pero no todo está perdido. De hecho podemos convertir nuestra ciudad en un flamante y no oficial centro de resguardo de la biodiversidad ¡fuera de un área natural protegida (ANP)!

Las ANP son áreas naturales que no han sido alteradas por los humanos significativamente y tienen una gran importancia biológica, cultural y económica por lo que son los principales sitios en los que se prioriza la conservación de la biodiversidad.

Sin embargo, a pesar de que son fabulosas, las ANP no pueden proteger lo que está fuera de ellas, conservando un porcentaje muy pequeño de toda la biodiversidad que existe en nuestro planeta. Además, tristemente, en algunos países como México, cada vez hay menos financiamiento que asegure su existencia. Así que sí, cada vez suena más necesario propiciar la proliferación de la vida fuera de las ANP, y qué mejor que empezar por el principio: nuestra ciudad.

De inicio puede sonar complicado pero si extrapolamos a las zonas urbanas los descubrimientos que se han hecho en torno a los sistemas agroecológicos puede ser de gran ayuda. Estos sistemas de producción agrícola se basan en los principios ecológicos y el conocimiento empírico de los productores y tienen como finalidad crear sistemas de cultivo biodiversos y con condiciones parecidas a las de un bosque nativo, lo que ayuda a que las interacciones entre los ecosistemas naturales y los sistemas de producción agrícola sean armónicas y los animales y plantas nativos puedan existir en cualquiera de los dos ecosistemas.

Es por ello que los sistemas agroecológicos son un excelente ejemplo a seguir como centros de conservación fuera de las ANP y nos revelan los tres secretos para lograr nuestro cometido en las ciudades:

  1. Dejemos de recortar las áreas verdes que ya existen, de convertir el pasto en asfalto y los árboles en postes.
  2. A pesar de que está muy de moda el minimalismo, en la naturaleza entre más ¡mejor! Hagamos que nuestros parques se llenen de diferentes especies de plantas nativas que los hagan más diversos y más acogedores para quienes los habitan y para quienes los visitan solo de vez en cuando, como los humanos, las aves y polinizadores (murciélagos, abejas, mariposas etc.).
  3. Los animales están en constante movimiento, hacen viajes para reproducirse y conseguir alimento. Por ello, es súper importante que las áreas verdes no estén tan alejadas unas de otras, para que así los animales se puedan mover entre ellas con libertad y no morir en el intento. Un ejemplo de esto es la ciudad-estado de Singapur, en donde en las últimas décadas se han esforzado por construir una ciudad habitable, y han incluido parques, estanques y ríos en medio de sus rascacielos. No nos sirve tener un Central Park, si cuando quiera dar un paseo no tengo a donde ir o me atropellan. Queremos un estilo más singaporesco.
Jardines de la Bahía, Singapur. Créditos: Unsplash/ Sergio Sala 

Entre lo natural y lo urbano

Nosotros los vemos muy tranquilos y todo, pero los bosques y parques urbanos nos recuerdan que las ciudades son ecosistemas que necesitan guardar un equilibrio entre lo natural y lo urbano.

“Los bosques y parques
urbanos nos recuerdan que
las ciudades son ecosistemas
que necesitan guardar un
equilibrio entre lo natural
y lo urbano”

No habrá mejor momento que ahora para ser ciudadanos responsables y tomar las riendas de nuestra ciudad siendo participantes activos del cambio. Podemos comenzar con acciones sencillas como participar en las iniciativas de reforestación en nuestra ciudad, comenzar un huerto urbano o una azotea verde. Sin embargo, el exigir a nuestros gobernantes el surgimiento de nuevos y diversos parques, bosques urbanos también es parte del cambio; crear un pequeño colectivo con los mismos objetivos y acudir con los tomadores de decisiones de tu colonia puede ser un gran inicio. Existen muchísimas opciones al tomar la iniciativa y tener la visión de lo que puede llegar a ser si nos unimos para conseguir esos 16 m2 por persona.

— Ximena Rodríguez (@ximena_rhz), ¿Llegó la hora de exigir más áreas verdes en las ciudades?

Imagen de portada por chuttersnap tomada de Unsplash