Empecemos por el principio. Nuestro planeta es el único confirmado que alberga vida, eso lo vuelve único y muy interesante; ¡que vivamos aquí y nos parezca muy normal no quiere decir que deje de ser sorprendente !
Todo empezó hace 3500 millones de años cuando surge la vida (no pues ya llovió). A partir de entonces los seres vivos fueron evolucionando hasta convertirse en organismos más, y más, y más complejos.
Durante los millones de años que la vida evolucionó en nuestro planeta, ha habido cinco episodios en los que casi, casi nos quedamos sin nada: las extinciones masivas. La más conocida es la de los dinosaurios, y la más extraordinaria fue hace 251 millones de años, al final del Pérmico, cuando se perdió el 96% de organismos en la Tierra.
Actualmente estamos viviendo la 6ta extinción masiva, y pues sí, la estamos provocando nosotros.
Hemos convertido grandes extensiones de selvas y bosques en campos ganaderos y de cultivo, hemos consumido tantos recursos pesqueros que algunas zonas del mar ya se encuentran en peligro de no volver a tener peces, contaminamos el aire, el agua, el suelo muchas veces con el propósito de matar plantas y animales que “no nos sirven”. También existe la cacería de animales, el tráfico de especies, la invasión de animales exóticos, y la lista sigue y sigue. Si nos ponemos a pensar en la magnitud de la situación… ¡¡es grandísima!!
Nos invade un sentimiento de tristeza saber que ya nunca volveremos a tener a la vaquita marina, o que el axolote se quedará como un animalito que vivió “en nuestros tiempos”, y aunque es muy triste perderlos, en realidad es muy peligroso porque dependemos estas especies de manera directa o indirecta para nuestro bienestar.
Necesitamos de los bosques para tener ríos que nutran a los lagos, que lleven agua a nuestras ciudades, que rieguen los campos de cultivo. Necesitamos de las abejas para polinizar las flores de las plantas cuyos frutos aprovechamos diariamente, y para polinizar otras plantas de las cuales dependen otros organismos con los que compartimos esta Tierra. Cada especie cumple una función importante en el ecosistema donde se encuentra, y muchas especies están desapareciendo antes de que nos demos cuenta que existen, y mucho antes de saber cuál es su importancia.
Hoy estamos frente a una pérdida de especies global, pero queda mucho por hacer. ¿Podemos salvarlas? ¡Eso dependerá de nosotros!